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Depresión en adolescentes: una enfermedad en aumento

Un mal que padecen muchas personas y que en la mayoría de los casos impide continuar con la vida y las actividades cotidianas.
El término “depresión” se utiliza en la jerga común para describir estados de tristeza o mal estar, “estoy deprimido porque no me dejan salir” o “estoy deprimida porque me fue mal en el examen de matemática”, son frases que se pueden escuchar continuamente. Sin embargo la depresión es algo bastante más serio, es una enfermedad que padecen muchas personas y que en la mayoría de los casos impide continuar con la vida y las actividades cotidianas.

“Una gran tristeza, la falta de ganas para emprender cosas nuevas, para seguir cosas que ya estábamos haciendo y que nos gustaban, el desinterés hacia todo, la desesperanza, las alteraciones en el sueño, el desgano; todos estos son síntomas de depresión” explica la doctora Yoanna Paulisis, coordinadora del área de psiquiatría de la Fundación “La Casita”. Pero no basta con que estos signos aparezcan de forma aislada, la Doctora aclara que “para saber que estamos frente a una depresión los síntomas tienen que persistir por lo menos durante dos semanas. Además los estímulos externos no consiguen cambiar el estado de ánimo ni generar ningún cambio en el paciente”.

Si bien esta enfermedad puede aparecer en cualquier etapa del ciclo vital, hay algunas características que son propias de los adolescentes que la padecen y son importantes tener en cuenta para detectarlas, entre ellas: la irritabilidad, la gran apatía, el retraimiento social. “Esa cosa de no, no tengo ganas de salir, mejor me quedo, el aburrimiento, el ya no me interesa. El ánimo disfórico, que en el adolescente no aparece como llanto permanente pero si con mucha agresividad, gritos, insultos y faltas de respeto. Todos estos síntomas son menos marcados en los adultos” nos explica Yoanna Paulisis.

También el apetito es un indicador: en la adolescencia es muy frecuente la disminución del hambre. Puede aparecer una anorexia, no como trastorno, si no como síntoma y por eso la disminución de peso. La falta de concentración es otro signo habitual. Chicos que solían ser excelentes alumnos empiecen a tener problemas en el colegio, a fallar en los exámenes y a partir de este tipo de frustraciones el retraimiento se hace mayor. Por eso es muy importante que la escuela esté atenta al desenvolvimiento de los alumnos y colabore en el tratamiento.

La adolescencia es una etapa de grandes cambios físicos y emocionales, cada persona reacciona de distinta manera ante las decisiones y problemas que hay que enfrentar día a día. Ante un mismo hecho alguien puede estar triste un tiempo y otro puede deprimirse con todos los síntomas. Esto tiene que ver con la vulnerabilidad de cada uno. Como todos somos distintos, la magnitud de la depresión también puede ser de distinta. Para clasificarlas las dividimos en tres: las leves, las moderadas y las severas, cada una necesita un tratamiento distinto.

Una persona con una depresión leve debe hacer una psicoterapia cognitivo-conductual o sistémica, que “en general funcionan muy bien”. Ahora bien, Cuando los síntomas se tornan más intensos y hay una gran disfuncionalidad en la vida cotidiana, en el colegio, en el apetito y en el sueño, la depresión ya tiene que ver con lo biológico y no solamente con una cuestión situacional. En estos casos es necesario recurrir a un psiquiatra quién recetará una medicación apropiada “La depresión es generada por un desequilibrio a nivel de ciertos neurotransmisores, lo que hacen los antidepresivos es reorganizar este desequilibrio hasta que se estabiliza. Se necesita por lo menos 8 meses. Siempre la medicación se acompaña de un trabajo psicoterapéutico, sola no va a resolver el problema” explica la psiquiatra Yoanna Paulisis.

La familia, el colegio y los amigos deben cumplir un papel de absoluto sostén y lo más importante es que acompañen, que entiendan y no presionen. Como enfatiza la psiquiatra: “La depresión no es una cuestión de voluntad. Hay que bajar expectativas con respecto a lo que puede hacer un chico o una chica que padece esta enfermedad, y si es necesario que pierda el curso o se lleve materias hay que entenderlo.”

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